martes, 25 de octubre de 2011

EL ESPEJO

El Espejo, el Gran Espejo, Espejo, Espejito…maestro, psicopedagogo, vividor, amigo de sus amigos y un compañero ideal para pasárselo bien. Su filosofía consistía en que la vida  hay que vivirla:vi- vir-la. No mal vivirla: disfrutar de sus placeres, de su alegría, de su música, de sus colores…¿qué vida es aquella en el que el dolor y la enfermedad son los protagonistas?. Por aquel tiempo andaba  con un brazo escayolado, que no parecía brazo, sino pinza de langosta, y todos sus movimientos y gestos eran amenizados por aquella pinza grandiosa, blanca. Fumador  empedernido, El Espejo era otro ser excepcional, otro artista que pasaba por la vida sin ser llevado al Olimpo terrenal. Era un disfrutante intermitente. Porque la vida también tiene sus horas bajas. Tenía un amor pasional por la vida, disfrutaba de la vida al máximo, pero también sufría en las mismas dimensiones. Era un ser  sensible é inteligente:  como el perro de mi hermano.