martes, 8 de enero de 2013

LAS TETAS DE LA JAIMONA

  La Jaimona tenía cara de YEGUA VIEJA: mandíbula  de equino,  barba y bigote de tres días, una altura que sobrepasaba los dos metros y ni una sola curva en ellos. La Jaimona era la mujer menos femenina que había en todos los contornos, de los todos los océanos, de todos los mundos, de todo este planeta, pero…tenía UNAS TETAS PERFECTAS: teta que la mano no cubre, no son tetas, son ubres, dice la voz popular.
   Los pechos de La Jaimona eran conocidos en toda la comarca, como los mejores pechos que jamás se hayan visto: operados por aquel famoso cirujano que operó a la archifamosa, Belén Chabacana, conocida como la “Reina del Vulgo”. La Jaimona era sólo TETA. Sólo…SENO. Sólo…UBRE. Sólo…BUSTO. La Jaimona era todo TETAMEN( Vulgarismo. Pechos de una mujer)
    Se nos presentó, nada más entrar: Soy La Jaimona… la que te la pone morcillona. Y seguidamente, sin ningún tipo de pudor, empezó a acariciarle las partes pudendas al Bola( El Lupanar olía a colonia de marca y a  vulva recién lavada… y a un leve olor, a… pescaíto frito). El Bola, persona tímida donde las haya, se apartó como si le hubieran pegado un calambrazo en dicha parte…y retrocedió hasta el punto que se tropezó con un taburete cojo, que por allí estaba. EL BOLA CAIDO POR LOS SUELOS. Risas de lumiascas al ritmo cadencioso que marca un tango nocturno: se reía  LA GORDA NEGRA con su boca gigantesca y sus dientes blancos que deslumbraban, se reía LA CANIJA RUBIA RUMANA con risa de rumana, se reía LA MÁS BUENA DE TODAS LAS PUTAS con risa de puta prepotente, se reía EL PESCAERO PUTERO  con sus billetes oliendo a pescao, se reía EL CAMARERO CON FLEQUILLITO Y GAFITAS con su risa idiota…pero LA JAIMONA NO SE REÍA.
  El Bola, todavía tendido en el suelo, era auxiliado por las áridas  manos de La Jaimona que preocupada le preguntaba, Mi niño, qué te ha pasado. El Bola sin saber qué responder, aturrullado, atolondrado, se agarró a los pechos de La Jaimona que le sirvieron de agarre y de almohada, de biberón y de mano pajotera.
  Venga os voy a invitar a una copa  por los daños causados, dijo La Jaimona. EL CAMARERO CON FLEQUILLITO Y GAFITAS, nos puso directamente  tres chupitos con una rama de canela. La Jaimona nos explicó que la canela era afrodisiaca: porque aquí, no se viene a filosofar, aquí se viene a follar. En estas explicaciones didácticas  estaba La Jaimona, cuando se acercaron  LA GORDA NEGRA y LA CANIJA RUBIA RUMANA,  besándonos y presentándose a la vez: Bibiana, dijo una. Charito, dijo la otra. LA GORDA NEGRA  que apestaba a cochino retinto, se abrazó al Espejo. LA CANIJA RUMANA que no sabía casi hablar español,  se abrazó a mí. Y El Bola…ya llevaba tiempo magreando aquellos lindos pechos de La Jaimona.  
  Susurros en la oreja, brazitos por lo alto de los hombros, pellizcos indiscretos, pierna tocando pene, pene tocando pierna,  halagos, barbaridades follarinas…y pelos, muchos pelos. CONVERSACIONES.