miércoles, 7 de diciembre de 2011

UNA PARADA EN EL CAMINO


    El Bola padecía el síndrome del que le gusta cagar en todos lados, menos en su casa. Esto lo aprendió también de la Red Ferroviaria Americana: suelta mierda por todos lados menos en la tuya… Al Bola le encantaba cagar en los sitios más inverosímiles del planeta, lo mismo cagaba en el psicodélico váter del famoso escritor local, Antonio el de la Petanca, como que cagaba en cualquier casa abandonada que se encontrara a su paso.  Fue por este motivo, EL BOLA SE CAGABA, que tuvimos que parar lo más rápidamente posible, porque….se cagaba. El sitio elegido para la gran chapuza  fue una casilla, cortijo, caserío, finca, casa de campo… arrumbiada, arruinada, con sus escombros como murallas, con un pozo y al lado de éste se encontraba una higuera grandiosa, inmensa…la higuera, planta, ser vegetal,  árbol en donde mi padre ahorcaba a los galgos, el lugar soñado para follarte en mi infancia, planta perteneciente a la familia de las lechosas…las higueras siempre me olerán  a perro muerto, a semen podrido, a ruina sin solución…¿y tú qué quieres, que te coma el higo?.

    Mientras El Bola daba de cuerpo  en aquella casilla a punto de  caerse, El Espejo y yo nos sentamos en el brocal del pozo y contemplamos. Contemplábamos como el frío se había apoderado de aquel llano inmenso (llano declarado por la Unesco, como el llano más aburrido y  con más liebres de nariz picúa del planeta), escuchábamos como el silencio era algo tan maravilloso  que no podíamos romper  sin pedir permiso: el Espejo pidió permiso y me confesó que no sabía si era  gay o no. Me dijo que mariposón, mariposón, cien por cien, no era… pero que un poquito… sí.

    El Bola seguía jiñando en una casilla en la que podrían haber vivido miles y miles de familias, cortijo en el que habrían muerto  muchas personas y nacidas otras tantas, en la que se habrían cometido atropellos, injusticias… casilla hecha para vivir, no para pasar veranos, casilla para parir, amar, fornicar, discutir, celebrar bautizos, casilla con olor a carburo y a leña de olivo, casilla en la que muchos días, unos guardias civiles presidieron la mesa…Hoy, escombrera, basurero, váter colectivo, lugar de drogatas con  paredes pintadas al estilo fascista, al estilo comunista, o al estilo romántico .El Bola salió lleno de vidas …y con el culo escocío, pues por lo visto, se tuvo que limpiar con un trozo de loza que tenía los cantos redonditos: a falta de pan… Muy prudentemente, se apoyó en el brocal del pozo y nos dijo que su trasero había sido seriamente afectado. Allí sentados, contemplando el cielo azul, los primeros rayitos de sol….allí,  El Espejo, El Bola y yo, vimos claro nuestro menester. Sabíamos que estábamos llamados para algo. Presentimos que algo nos iba a suceder. PRESENTIR: experimentar por anticipado un sentimiento de alegría o de tristeza correspondiente a un suceso que va a ocurrir y del que no se conoce racionalmente la existencia o la proximidad.